lunes, 28 de septiembre de 2015

3. Ejercicio de lógica en simbología del color: Vidriera fractal


Ciñéndome al lenguaje simbólico usado en los ejercicios anteriores, en el que adapté el estudio realizado en la simbología del color a un lenguaje de estructuras atómicas básicas y complejas, he buscado nuevos resultados que en principio, nada tienen que ver con el tamiz final que conforman los resultados de significación semántica. En esta ocasión, las estructuras atómicas básicas poseen distribuciones que se agrupan en subconjuntos de formas o estructuras superiores, y que configuran a las formas atómicas más simples (y su significación propia) en grupos. Estos conjuntos y subconjuntos a su vez, se estructuran en una significación semántica de repetición fractal de posibilidad abierta, es decir, infinita. Entonces se precisan dos cambios importantes para este ejercicio, pues a pesar de que hemos utilizado los lenguajes complejos y básicos sin más, su distribución final no exige un dibujo o una significación conjunta, a no ser de organización espacial. Es por tanto, como se ha dicho el espacio disponible abierto necesariamente, para que de este modo las repeticiones con significado propio fractal, sean de proyección continuada (ilimitada). Otro cambio a reseñar, es como en esta ocasión el significado y el colorido de la significación propia (atómica), lo conforman exclusivamente el espacio que ocupa el contenido. Así, en cada ejemplo se han eliminado los contornos, siendo el color el que define exclusivamente la forma de todas las estructuras simples, lo que deja los espacios intermedios como espacios negativos (vacíos), para lograr una mayor sensación de amplitud y apertura.
En los dos primeros ejemplos, dichas formas se traducen de un lenguaje básico, ya que todos las formas atómicas más básicas que se utilizan para esta semántica fractal se componen de las mismas figuras triangulares, solo que en distintas organizaciones de conjuntos. La primera figura, se sirve de una forma pentagonal (contenedora) que agrupa las estructuras atómicas básicas en una significación semántica repetitiva superior, es decir que sus formas atómicas tendrán una significación semántica fractal pero de base pentagonal. La segunda figura, se sirve de una disposición de agrupación hexagonal. Estas formas finales a las que he llamado “vidrieras fractales”, son completamente abiertas en su distribución hacia el exterior, es decir, que se pueden ampliar de manera infinita repitiendo el mismo patrón de repetición matemático.






En los dos ejemplos siguientes las formas se traducen de un lenguaje complejo ya que todas las formas atómicas más básicas que se utilizan para esta semántica fractal, se componen de diferentes figuras: triangulares y trapezoides. Teniendo en cuenta esto, tenemos que la tercera figura resultante, también se sirve de una forma pentagonal (contenedora) que agrupa las estructuras atómicas en una significación semántica repetitiva mayor, es decir que sus formas atómicas tendrán una significación semántica fractal pero de base pentagonal. Mientras que la cuarta figura se sirve una vez más, de una forma contenedora de agrupación hexagonal. A pesar de que estas “vidrieras fractales” siguen los mismos patrones de división y subdivisión espacial que las anteriores, existe una ruptura en la disposición abierta del tercer ejercicio, debido a la distribución de su estructura atómica más básica y que impide continuar ampliando el dibujo de forma definida. ¿A que no adivináis por qué? Una pista, fijaos en los espacios que ocupan las estrellas de cinco punta más grandes del tercer ejercicio.    



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