Para
este ejercicio plástico y visual hemos de definir dos tipos de
expresiones en la simbología del color, en relación al contorno y
su contenido pictórico. Para ello utilizamos plantillas como planos
neutros en los que se dibujan figuras neutras y que llamamos figuras
atómicas por la manera de estructurarse en un mismo sentido común.
A continuación, podemos elegir relaciones de colores que tengan una
función directa con la semiótica, a través de la tricomía de
colores primarios (cálidos y fríos), la tricomía de colores
lumínicos, etc. ¿Qué pretendemos con esto? Definir un marco con un
lenguaje diferente gracias a un sentido complejo por las formas
definidas en la simbología del color.
Para
lograr esto primeramente hay que tener en cuenta las necesidades
lógicas de todas las formas geométricas que se van a utilizar sobre
un plano determinado, con unas medidas regulares. Las figuras sin
contenido cromático que hemos llamados atómicas se estructuran y
repiten para ocupar todo el espacio del marco, configurando una
realidad sin color, es decir con un significado básico pero sin un
colorido (signo). El resultado debe ser un tamiz o tejido de formas
constantes que ocupen todo el marco como una base sin contenido, ni
significado cromático. De esta manera, obtenemos un espacio
dispuesto para unas formas concretas de un lenguaje mínimo a la hora
de aplicar el color, como una pieza de un puzle. El resultado de la
configuración intencionada entre forma y color es someter el signo y
el objeto.
Esta
forma de expresión geométrica obliga en el plano a dividir el
colorido (signo) en distintos sectores independientes con un sentido
propio en la significación visual definitiva. Por otro lado, cada
una de estas “celdillas” funciona como una composición pictórica
cuando ocupan en el espacio general un lugar correspondiente, con un
resultado que delimita el color a una nueva forma y que encaja en
unos contornos delimitados, es decir con una significación (sentido)
diferente al suyo propio. En este contexto de estructuras atómicas
relacionadas de manera lógica la composición pasa a llamarse
lenguaje básico de una especie de mosaico, pues hacen uso de las
formas constantes para crear un contexto semántico distinto en la
función del color, esto es lo mismo que decir que a cada celdilla
estructurada con un sentido propio se le asigna una la significación
(sentido) conjunta. Finalmente, se relacionan forma y contenido
(figuras atómicas) en una composición exacta que tiene como
finalidad evidenciar la estructura de una realidad bidimensional y
fragmentada con un resultado visual.
En
los dos mosaicos anteriores se pueden observar como a partir de todo
el concepto previo sobre un lenguaje básico compuesto de forma y
color, relacionamos dos sentidos del lenguaje o significaciones
pictóricas diferentes. En este caso concreto, los colores de ambos
ejercicios son antócromos.
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