PARTE
TÉCNICA:
Para
la parte técnica, he hallado primeramente la proporción áurea con la que
definir los límites del lienzo sobre el que es realizada la obra. Para ello, he
utilizado el método tradicional de sección áurea a partir de un cuadrado
equilátero, para así ampliar la superficie del trabajo en un segmento de
proporción áurea, una técnica muy utilizada en construcciones arquitectónica de
la época clásica, helénica y románica. Una vez definido este segmento de
proporción, lo he utilizado una vez más para crear un nuevo cuadrado equilátero
de idénticas proporciones en la esquina superior izquierda. A continuación, la
mitad exacta de esta nueva figura geométrica he podido encajar la altura de una
espiral logarítmica, construida a partir de triángulos rectángulos. Esta último
dibujo sobre el lienzo puede dar una referencia aproximada de cómo están
encajadas los objetos que componen el bodegón: la jarra de ambrosía coincide
con el límite exterior de la espiral a la derecha; la figura del cuerno de la
abundancia coincide con el inicio de la espiral a la izquierda; e incluso la
versión libre del casco de la diosa Atenea está encajado dentro de la espiral
en la composición final.
PARTE
HISTÓRICA:
La
parte didáctica de la obra la forman los distintos objetos que componen la
temática del bodegón. Como su título reza al tratarse de un bodegón de dioses,
los objetos pertenecen al ámbito de la mitología clásica.
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El cuerno de la abundancia: Conocido originalmente como cornucopia su mito se
remonta al s. V a. C. Este objeto, símbolo de la prosperidad y la abundancia,
perteneció a la cabra Amaltea que crió con su leche a Zeus. Este rompió uno de
sus cuernos mientras jugaba con un rayo y para compensar a la cabra, el mismo
Zeus le confirió al cuerno roto el poder de conceder a quien lo poseyera todo
lo que deseara.
-
La ambrosía: Este mítico líquido es considerado la comida o bebida de los
dioses del Olimpo y significa literalmente “inmortalidad” por las propiedades
que conferían. Según diferentes autores clásicos los dioses griegos la
utilizaban tanto para comerla, beberla, lavar o ungir el cuerpo e introducirla
en el cuerpo de un muerto para evitar la podredumbre. Con ella también podían
ungir a sus hijos.
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El yelmo de Atenea: Esta divinidad, hija del mismo Zeus, es una de las deidades
más representadas en el arte griego y su simbología ejerció una profunda
influencia sobre el pensamiento sobre todo en conceptos relativos a la
justicia, la sabiduría y la función social de la cultura y las artes.
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El kopi de Ares: Considerado un dios olímpico de la guerra, también representa
la brutalidad y la violencia el miedo de la batalla, en contraposición a
Atenea. Por otro lado el Kopi que se ha utilizado para este bodegón es una
representación moderna de la clásica arma utilizada por los ejércitos minoicos
en el s. II a. C.
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Plumas de Hera: Las dos plumas de pavo real que decoran el fondo del bodegón
son un claro símbolo de la diosa Hera la esposa del dios padre, Zeus. Dicha
deidad era además una de las tres hermanas de Zeus y ocupaba el cargo de reina
de los dioses. De naturaleza celosa y vengativa, principalmente contra las
amantes y la descendencia de Zeus, pero también contra los mortales con los que
se cruzaba. La etimología de su nombre también admite entre otras
interpretaciones el de diosa del matrimonio.
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La piel del león de Nemeas: Esta piel pertenece a la bestia que estuvo
aterrorizando al mismo pueblo que le dio nombre, hasta su fatídico encuentro
con el famoso héroe Heracles. Este semidiós, hijo de Zeus con una mortal,
estranguló al león con sus propias manos, en uno de sus doce trabajos, tras
comprobar que las armas que portaba resultaban inútiles contra la piel de dicho
felino mágico. Heracles empleó horas intentando desollar al león sin éxito
cuando Atenea, disfrazada de bruja, ayudó a Heracles al advertir que lo mejor para
cortar la piel del animal eran las propias garras del felino. Así, consiguió la
piel del león que desde entonces vistió como armadura, usando la cabeza del
animal como yelmo.